Juan Diego, El Mensajero de Santa María de Guadalupe
Aunque todos los mexicanos conocemos su nombre, aunque todos nos sentimos amados y acogidos como él por Nuestra Madre Santísima, a él personalmente poco lo conocemos. Mi venerado antecesor inmediato, el cardenal Ernesto Corripio, quiso empezar a saldar la deuda que todos los mexicanos contrajimos con el, procurando y logrando su beatificación.
A mi vez, gozozamente consciente de ese mismo deber y deuda como sucesor suyo y de Zumárraga, he solicitado este libro, que, siendo breve y fácil de leer, ha supuesto a su autor y sus colaboradores años y años de investigación documental y archivística, y en el que nos condensa con toda solidez cuanto de segura sabemos de ese hombre admirable que fué Juan Diego Cuauhtlatoatzin.