El Acontecimiento Guadalupano, Inculturación del Evangelio
Cango. Dr. Eduardo Chávez Sánchez
Instituto Superior de Estudios Guadalupanos | ISEG
Abril 2014
Después de todo lo que fue el Proceso para la Canonización de San Juan Diego, en donde se purificó, se corrigió, se profundizó y se verificó todo lo que integra el gran Acontecimiento Guadalupano se fundó el Instituto Superior de Estudios Guadalupanos, A. C., sin fines de lucro, en 2003. Este Instituto ha sido dispuesto como el brazo académico de la Basílica de Guadalupe, comprendiendo que en esta advocación de Santa María de Guadalupe existe un mensaje y una imagen que es necesario seguir profundizando, además en un tiempo y en un ambiente que de igual forma se necesita entender a fondo.
Gracias al estudio constante se logró entender un punto medular en el Acontecimiento Guadalupano y que el Papa Juan Pablo II captó, bajo una gran intuición e inspiración del Espíritu Santo, cuando proclamó que: “Santa María de Guadalupe es el modelo de evangelización perfectamente inculturada”, y esto es totalmente cierto pues se ha descubierto en el año 2008, que en el momento culmen cuando se apareció la Reina del Cielo, es decir, el 12 de Diciembre de 1531, se celebraba lo que para los indígenas era la “Fiesta principal, como la Pascua indígena”, según nos lo comunicó en su libro fray Toribio de Benavente, Motolinia, fraile franciscano y uno de los primeros misioneros que llegaron a México. Ahora, gracias a esta Inculturación del Evangelio, entendemos que la Virgen de Guadalupe nos trae a su amado Hijo, nos trae la buena nueva, Jesucristo, único y eterno sacrificio en el momento más importante para la vida social y espiritual indígena.
Igualmente podemos entender mejor el porqué Santa María de Guadalupe pidió una “casita sagrada”, un templo, iglesia católica, en donde mostrará, donde ensalzará, donde entregará a su Amor-Persona, su amado Hijo Jesucristo, centro del Acontecimiento Guadalupano; y esto lo realiza precisamente en el momento que para los indígenas era su “Fiesta principal”, y que llegaba a calificarse, nada menos, como la “Pascua indígena”. Por ello, Santa María de Guadalupe es la mujer eucarística.
En esta “Casita sagrada”, que tiene muchos más significados profundos, fue el lugar en donde se realizó la canonización del humilde San Juan Diego Cuauhtlatoatzin, de manos de otro gran santo: Juan Pablo II. No cabe duda que hemos tenido en este lugar enormes bendiciones y gracias y desde este lugar para el mundo entero, como también lo expresaba otro gran hombre y, de igual forma, un gran santo, Juan XXIII cuando proclamó: “Así quería Nuestra Señora continuar mostrando su oficio de Madre: Ella, con cara de mestiza entre el indio Juan Diego y el Obispo Zumárraga, como para simbolizar el beso de dos razas [...] Primero Madre y Patrona de México, luego de América y de Filipinas; el sentido histórico de su mensaje iba cobrando así plenitud, mientras abría sus brazos a todos los horizontes en un anhelo universal de amor.”