SAN JUAN PABLO II, EL GUADALUPANO
Cango. Dr. Eduardo Chávez Sánchez
Instituto Superior de Estudios Guadalupanos | ISEG
JULIO 2014
El Santo Padre, ahora san Juan Pablo II, afirmó que fue en México, a los pies de la Virgen de Guadalupe, donde vislumbró la manera de realizar su Pontificado: “Visité –recuerda el Santo Padre–el santuario de Guadalupe en enero de 1979, durante mi primera peregrinación apostólica.
El viaje fue decidido como respuesta a la invitación apostólica en la Asamblea de la Conferencia de los obispos de América Latina (CELAM), en Puebla. Aquella peregrinación inspiró en cierto sentidos todos los siguientes años del pontificado.”
¿Qué contiene esta devoción Guadalupana para que, de manera evidente, fuera tan amada por el Papa San Juan Pablo II? ¿Qué fue lo que vislumbró el Santo Padre para que además proclamara Fiesta Litúrgica de Nuestra Señora de Guadalupe para todo el Continente Americano, y declarara en aquella ocasión: “La aparición de María al indio Juan Diego en la colina del Tepeyac, el año de 1531, tuvo una repercusión decisiva para la evangelización. Este influjo va más allá de los confines de la nación mexicana, alcanzando todo el Continente y más.
Como todo Acontecimiento Salvífico, el Acontecimiento Guadalupano si bien se verifica en un momento histórico: hace ya casi cinco siglos, y en un lugar determinado: en el cerro del Tepeyac; trasciende fronteras, culturas, pueblos y costumbres; llega hasta lo más profundo del ser humano; además, toma en cuenta la participación precisamente de este ser humano, concreto e histórico, con sus defectos y virtudes, para que con su intervención fuera más allá de lo que la humana naturaleza permitiría.
Una de las más claras manifestaciones de que en realidad se trata de un Acontecimiento Salvífico es la conversión del corazón que se suscitó y se suscita día a día desde aquel 12 de diciembre de 1531, con verdadero arrepentimiento y desde lo más profundo de su alma, el espíritu y la razón; precisamente gracias al encuentro con el verdaderísimo Dios por quien se vive, quien siempre es el primero en tomar esta iniciativa; haciendo realidad un cambio de vida pleno y total.
Así pues, es en este lugar bendito del Tepeyac, en donde Dios se manifestó por medio de su Madre, Santa María de Guadalupe, logrando la conversión más sorprendente, sin precedentes en toda la historia de la Iglesia; y sigue manifestando su amor y su misericordia a tantos peregrinos, como el mismo Papa San Juan Pablo II lo experimentó.
Te invitamos para que tú también tengas esta experiencia salvífica, ven, camina de la mano de Santa María de Guadalupe, peregrina a encontrarte con el verdaderísimo Dios por quien se vive, donde Él ha tomado la iniciativa para encontrarse contigo, en tu corazón, por medio de su Madre y nuestra Madre.