LA VIRGEN DE GUADALUPE PARA LOS INVIDENTES
Boletín Guadalupano | Septiembre 2014
Lic. Gabriela Treviño
“Porque, en verdad, yo me honro en ser tu madre compasiva, tuya y de todos los hombres que vivís juntos en esta tierra, y también de todas las demás variadas estirpes de hombres, los que me amen; los que me llamen, los que me busquen, los que confíen en mi. Porque ahí, en verdad, escucharé su llanto, su tristeza, para remediar, para curar todas sus diferentes penas, sus miserias, sus dolores.”1
La Basílica de Guadalupe fiel a estas palabras y a las enseñanzas de Nuestra Morenita Amada, la Virgen de Guadalupe, concedió un regalo a los peregrinos del mundo exponiendo una pieza en relieve de la imagen de la Virgen; asequible a todos pero que sirve primordialmente para que sus hijos invidentes puedan también sentirla suya, estar en contacto con ella y conocerla a través de sus manos y la fe de sus corazones.
Todos los que se acerquen a tocarla, podrán sentir su amable y tierno rostro, la calidez de su sonrisa y el amor con el que presenta a su hijo en el vientre abultado; así como cada uno de los símbolos que representan lo que conocemos hasta hoy en día como el Códice Guadalupano, los cuales son portadores del mensaje de unión, paz y amor de la Virgen de Guadalupe a partir de su aparición en 1531.
La imagen se encuentra acompañada también de un texto auxiliar en Braille, cubriendo a cabalidad el mensaje de fe y amor que nos otorga la Virgen, junto con una pequeña explicación sobre la misma, la cual dice:
“Esta imagen fue realizada por el artista italiano Franco Faranda en el año 2008.
El 11 de Noviembre del mismo año, el Papa Benedicto XVI la bendijo para todos.
Gracias al apoyo del Instituto Italiano de Cultura en México, la obra fue donada a la Insigne y Nacional Basílica de Santa María de Guadalupe y colocada en este lugar el 9 de Diciembre de 2009, por el Arzobispo de México Cardenal Norberto Rivera Carrera.
Simbolismo
La Virgen aparece representada como una joven cuya edad aproximada es de 18 a 20 años. Su rostro moreno y en actitud de profunda oración, refleja amor, ternura y fortaleza. Lleva el cabello suelto, lo que entre los aztecas era señal de una mujer aún doncella, virgen.
Sus manos están juntas en señal de recogimiento.
Está embarazada, lo que se constata por la forma aumentada del abdomen y el cinto negro atado, pues era símbolo de maternidad que llevaban las indígenas encinta.
Al centro de su túnica, se visualiza una flor de cuatro pétalos o Nahui Ollin, que era el máximo símbolo náhuatl y aludía la presencia de Dios, así como la plenitud, el centro del espacio y del tiempo. En la imagen, la Virgen de Guadalupe es presentada como la Madre del arraigadísimo Dios, por quien se vive y marca el lugar donde se encuentra Nuestro Señor Jesús, en su vientre.
La Virgen de Guadalupe se muestra como la describe San Juan Evangelista, en su visión apocalíptica: una mujer vestida de sol –por eso se encuentra rodeada de rayos-, con la luna bajo sus pies y una corona.
Las estrellas del manto representan el firmamento para ofrecer, con él, protección a todo el mundo y se identifican las 46 estrellas más brillantes que cubren el horizonte del Valle de México.
Un caballero águila está a los pies de la Virgen, con un ademán de quien acaba de volar. Las alas son asimétricas y muy coloridas, los tonos son parecidos a los del pájaro mexicano tzinitzcan que Juan Diego escuchó, anunciándole la aparición de la Virgen de Guadalupe.”
Esta pequeña muestra de amor y arte nos recuerda que todos nosotros, los hijos de la Santísima Virgen de Guadalupe, merecemos y podemos estar con ella; todos podemos verla con los ojos del corazón.
Los invitamos a conocer está hermosa pieza la cual pueden encontrar dentro de la Nueva Basílica, entrando por la puerta 2 o 3, a un costado de los confesionarios.
1CHÁVEZ, Eduardo. “La Verdad de Guadalupe” Editado por: Instituto Superior de Estudios Guadalupanos. Insigne y Nacional Basílica de Santa María de Guadalupe. México, 2012. Pp. 319.