SANTA MARÍA DE GUADALUPE ES MENSAJE DE VIDA

Cango. Dr. Eduardo Chávez Sánchez

Instituto Superior de Estudios Guadalupanos | ISEG
Diciembre 2014

En este tiempo tan difícil en que estamos sufriendo violencia, crimen, corrupción y secuestro; así como asesinatos, desapariciones y otros males que nos ahogan, el mensaje de la Virgen de Guadalupe adquiere una singular importancia. Un mensaje que seguramente desde hace muchísimos años conocemos, pero que no hemos sabido o querido vivir; y, por ello, el rumbo que se está tomando resulta de preocupante atención pues parecería que la vida humana no se valora más y lo peor sería que nos estuviéramos “acostumbrando” a este ambiente de muerte y destrucción.

La Virgen de Guadalupe da un mensaje de vida que trasciende tiempos y espacios; si bien, sus apariciones, o diremos con mayor precisión, su encuentro con el ser humano, fue del 9 al 12 de Diciembre de 1531, Ella siempre buscará encontrarse con el corazón de sus hijos y de una manera muy especial, con el corazón que sufre y que llora. Ella atiende con personal cuidado a los hermanos más abandonados y despreciados.

Ella ha venido a dar todo su AmorPersona, que es su amado Hijo, el verdaderísimo Dios por quien se vive. Ella es quien nos entrega al Creador de la vida para que nosotros tengamos vida y la tengamos en abundancia; de esta manera, su mensaje es un mensaje vivo, es un mensaje pleno, es un mensaje eterno.

Este mensaje no puede quedar encerrado, así que el alegre impulso que viene desde el interior, con la fuerza del Espíritu Santo, es entregar este mensaje a los demás en el servicio, en el perdón, en la misericordia, en el amor; es así que el mundo puede cambiar, pues el primer movimiento es abrir el corazón al poder del amor de Dios, a la vida de Dios, y con esto seguir descubriendo su Rostro en el rostro de cada hermano, especialmente el rostro del hermano abatido y abandonado para así crear una nueva humanidad, una nueva civilización del Amor de Dios que nos limpia el corazón y el alma y nos sana desde lo más profundo de nuestro ser, dándonos su propia vida. Es este el único camino para sanar nuestra comunidad, nuestra sociedad, nuestro pueblo. Es este el mensaje de vida que nos entrega Santa María de Guadalupe, una madre que nos enseña a seguir y tener un encuentro con el verdadero Dios y Señor, el Dueño de la vida.

Es evidente que esta vida pasa como un soplo, cuando menos se piensa ¡se acabó! Dios nos llamará a su presencia ¿Y qué clase de persona seremos ante Él? ¿Alguien que en realidad nunca vivió, pues sólo fue un ser lleno de soberbia y de rencor, de donde sólo surgió muerte y destrucción? ¿O seremos ese ser que supo poner todo su esfuerzo para que la vida de Dios fuera la fuente de su servicio y de su amor por los demás?

Una vez más, caminamos de la mano de Santa María de Guadalupe, quien nos da el mensaje máximo de la vida y dependerá de todos y cada uno de nosotros si queremos salir de este entorno de muerte para respirar el espíritu de la vida divina que nos da la plenitud que tanto estamos buscando o seguir en el sepulcro de nuestros egoísmos y de nuestros crímenes.