¡AVE MARÍA!

En primer lugar, a me gustaría agradecer al ISEG, en la persona del P. Eduardo Chavez, la oportunidad de compartir la historia de la CAPELA (CORO) SANTA MARIA DE GUADALUPE, que se está construyendo en la zona rural del distrito de Amanhece, ciudad de Araguari, estado de Minas Gerais, Brasil.

Mi nombre es Elizabeth Peixoto Silva Fernandes, tengo 53 años, soy ginecóloga, casada y tengo 2 hijos. Soy cristiana y desde muy joven tengo afinidad por la Iglesia Católica y por María Santísima.

El 28 de mayo de 2006 me presentó a Santa María de Guadalupe el P. Oscar Quevedo durante un curso y ese mismo día tuve mi primera experiencia con Ella; mi hijo recibió una gracia por su intercesión. Le prometí en ese momento visitarla en México.

Desde entonces, ha habido muchas intercesiones en mi vida, muchas historias inolvidables y nunca nos hemos separado. Estoy consagrada a Ella; ¡Soy guadalupana!

Hace 10 años tuve el deseo de construir una capilla dedicada a Ella, en un lugar de contemplación y silencio. Este deseo nunca me abandonó; tuve la gracia de poder conocerla en México por primera vez el 18/10/2014 (día del médico) y por segunda vez el 17/07/2018 (con motivo de mi 50 cumpleaños). Estas visitas alimentaron aún más este sueño, que ahora se está convirtiendo en una realidad.

El 12/12/2021 celebramos la primera misa, en el campo, para bendecir la tierra y a todos los que nos ayudarían en la construcción. Iniciamos los trabajos el 25/03/2022, Día de la Anunciación del Señor, fecha escogida para ver crecer y nacer la capilla, siguiendo el período de gestación del mismo Señor Jesús.

Veo esta capilla como un deseo mío y de Santa María de Guadalupe; se está construyendo en las tierras que heredé de mis antepasados, con la ayuda espiritual de muchos amigos que caminan conmigo en la fe, entre ellos algunos sacerdotes y en esta intención rezamos juntos el Rosario del Amor Guadalupano todos los días 12.

Deseo que muchos puedan subir a este pequeño “Tepeyac”, para que Santa María de Guadalupe pueda revelar plenamente a su Hijo Jesús en esta “casita sagrada”, como lo hizo con San Juan Diego y lo está haciendo conmigo.

Aprovecho esta oportunidad para pedir sus oraciones en esta intención e invitar a todos a estar aquí con nosotros en cualquier momento. ¡Ustedes siempre serán bienvenidos! Es un placer conocerles y gracias de nuevo por permitirme compartir un poco de esta historia. Que Dios nos bendiga a todos.

¡Abrazo fraterno! ¡Santa María de Guadalupe, ruega por nosotros! ¡San Juan Diego, ruega por nosotros!

Cortesía: Elizabeth Peixoto Silva Fernandes | 2022