El siguiente material forma parte de una colección de más de mil videos desarrollados en el Instituto Superior de Estudios Guadalupanos durante sus 20 años de existencia; además de los que se desarrollen durante el peregrinar de esta Novena Intercontinental Guadalupana para conocer, profundizar y difundir este Magno Evento
El Nican Mopohua es un documento histórico que nos describe el encuentro de la Virgen de Guadalupe con san Juan Diego.
Te presentamos el análisis y reflexión de este maravilloso evento de la mano de quien fue el postulador de la Canonización de San Juan Diego,
Mons. Eduardo Chávez.
Yo tengo el honor y la dicha de ser la Madre
Juan Diego contempló con asombro, el rostro y el ser de la Madre del verdaderísimo Dios, quien en su virginal vientre portaba a Jesucristo.
In huel nelli Téotl Dios: Del “arraigadísimo Dios”, “verdaderísimo Dios”.Me honro en ser tu Madre compasiva
Ella, la Madre de Dios era también la Madre de Juan Diego y, asimismo, la de todos los que estaban juntos en esta tierra, así como la “de todas las demás variadas estirpes de hombres”, ella se presentó como Madre de todas las naciones. Madre de todos los pueblos, Madre de todos los corazones.
Una Casita Sagrada
Su gran deseo era la construcción de una “casita sagrada”, de un hogar sagrado, de un templo, de una Iglesia Católica, en donde Ella mostrará, ensalzará y entregará todo su Amor-Persona, es decir, su Hijo amado: Jesucristo.
La Virgen, Madre del verdaderísimo Dios por quien se vive, se sometió al obispo, quien en ese entonces era el obispo “electo” fray Juan de Zumárraga. Así pues, era necesaria la aprobación del obispo para realizar la voluntad de la Virgen María. Al someterse la Virgen de Guadalupe, la Madre del Dueño del cielo y de la tierra, a la autoridad del obispo, al mismo tiempo se confirmaba que se sometía a la cabeza de la Iglesia que, al final de cuentas, era y es su propio Hijo Jesucristo. Es muy claro, la Virgen de Guadalupe es Madre de la Iglesia y forma Iglesia.
Una nueva civilización llena del amor de Dios
La Virgen María realizó una evangelización perfectamente inculturada al iniciar una nueva civilización pidiendo la construcción de un templo, Iglesia católica, o como Ella decía: un “casita sagrada”; esta edificación sagrada confirmaba una nueva creación que surgía desde lo más profundo del ser abatido, era el construir la familia de Dios, una nueva civilización llena del amor de Dios, centro y razón de ser del templo, de la “casita sagrada”, que pidió la Madre de Dios.
Ella no hizo ningún “sincretismo” ni tomó ninguna idolatría; al contrario, Ella vino a liberar al pueblo de toda idolatría, Ella no avaló aquél templo destruido, sino que el templo, “casita sagrada”, que Ella pidió es un templo nuevo, precisamente en el llano del Tepeyac, y con ello, María pidió esforzarse para construir un verdadera comunidad en donde se unieran toda raza, toda raíz, toda cultura.
Anda, haz lo que esté de tu parte
La Virgen de Guadalupe, agradecida, manifestó su promesa de pagar y enriquecer en la glorificación al humilde macehual, por todo el servicio que desplegaría.
La Virgen de Guadalupe nos ayuda a ser portadores de la verdad, pero requiere también nuestro esfuerzo, lo que está de nuestra parte realizar. Así que estamos ante la participación tanto del laico como del consagrado para hacer una realidad la construcción de la “casita sagrada”, en una perfecta eclesiología.
NICAN MOPOHUA
Páginas: 219p.
Medidas: Largo 16.5cm, Alto 23cm, Ancho 1.5cm
Peso: 450g
Adquiere el ejemplar:
https://morenita.tv/libnicanmopo.html
guadalupecodice